¿tic, tac?

Te das cuenta que la vida es un bucle. Eso pasa justo en el momento en que te acercas a la hamburguesería, allí dónde con 15 años comprabas cucuruchos de patatas fritas, aún en pesetas. Y no das credito: el ramo de la patata en el mundo de las hosteleria es un camino estable, tanto que sigue el mismo hombre vendiendo las mismas patatas.
Después de revisar mentalmente el fichero de vendedores de patatas compruebas que efectivamente es él, sin una arruga de más ni broma de menos.