lunes, 13 de septiembre de 2010

El micro cosmos del metro

Un gran universo dónde también se compra //y no se hasta que punto también se vende// todo. Hoy pasó un tipo vendiendo recetas de cocina, otro punta finas, los tradicionales clinex también podían comprarse y un manual para aprender ortografía dónde según la voz rota por el trabajo podían aprenderse que eran los triptongos, diftongos, hiatos, etc...
Finalmente un tipo entró criticando al gobierno. Repartía unas octavillas gratuitas que insistían en hacer memoria y replantearse que narices se esta celebrando en este bicentenario que tiene las calles del Zócalo patas arriba. "No estamos mejor que hace 200 años!" Gritaba. Eso es periodismo de guerrilla y lo demás son tonterías. De echo parando un poco de atención puedes darte cuenta que los mexicanos no están muy de acuerdo con como manejaron las autoridades la celebración del bicentenario. El dinero que han gastado se cuenta por millones //de euros y no de pesos// y el país no es ningún secreto que no está en su mejor momento. Hay problemas y graves por resolver. Por poner un ejemplo decidieron montar una piscina en pleno paseo reforma tan solo para que el medallista olímpico Michael Phelps pase a hacer unos largos. Más allá de lo que pueda costar apañar el charquito, algunos medio apuntan que el contrato asciende a 100 mil dólares.
Pero si quieren su país, los mexicanos lo adoran, adoran sus banderas y todas sus celebraciones. A diferencia de lo que estamos acostumbrados a ver en España, dónde una o otra bandera puede ofender aquí, en el D.F., no pasa. Diferencia política //ya sea buena o mala// de su sentimiento nacional. Mira que coinciden a pocos días de nuestro 11 de setiembre, pero en nuestro caso conmemoramos una derrota, aquí ellos derrotaron a los españoles.
Pero el Zócalo estará lleno el 15 a la noche y a bajo, en los metros, se seguiran bendiendo paquetes de pañuelos a 10 pesos.
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Notas poco rigurosas des del d.f.: notas rápidas escritas para no olvidar toda la cantidad de cosas y pensamientos que atraviesan mi mente por minuto en este país.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Notas des de el D.F. II

Al individuo que viaja suele agarrarle complejo de coleccionista. Hay que coleccionar lugares, fotos y sitios vistos para poder poner un ok en la lista que sabes que todo el mundo chequeará del lugar:


  1. Chapultepec //parque y castillo// - ok
  2. Museo de arqueologia - ok
  3. Zocalo - ok
  4. Comer en el café Tacuba -ok
  5. El templo mayor (o lo que queda de él) -ok
  6. Una exposición fotográfica sobre el manicomio de la castañeda -ok //no estaba inicialmente en la lista pero fue de lo mejorcito que vi y siempre queda bien lugares alternativos en las lista//
Tiempo de descanso??? Este aún me falta en este rincón del mundo. Habrá que recuperar fuerzas para seguir coleccionando.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Notas des de el D.F.

La primera sensación cuando uno aterriza en el D.F. es muy física. La mente está nublada por el viaje y sobretodo por la altura. Con el bullicio de la ciudad uno va medio despertando //pero no del todo// de la confusión //que sospecho va a durar algunos días//.
El D.F. es la ciudad dónde uno puede comprar todo y también venderlo. De echo voces estridentes te venden por altavoces //alta-voces...que bonito es el lenguaje a veces// demasiado altos desde un mando para el televisor por 70 pesos a collares o tacos. Las tiendecitas compiten por ocupar sonora y visualmente las calles, los coches reclaman la carretera y los peatones deambulan con algo de prisa //como en todas las grandes ciudades//.
Pero no hagan demasiado caso, son solo apuntes de una cabeza nublada por la altura y el jet lag que no ha descubierto aún la Condesa //donde planea cenar esta noche//.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Lo contemplativo del verano...


Lo contemplativo del verano es una de sus maravillas.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Cuenta atrás


La cuenta atrás es una de las partes más intensas del viaje: todo está por decidir. Como dice Paco Nadal "Hay viajes que se viven intensamente y otros no. Pero generalmente esa fuerza con la que un país se te cuela por la médula de las emociones y te engancha no depende de ti. Viene provocada por un acto inesperado, por un suceso a veces nimio, a veces dramático, que escapa a tu control. Es el país el que te elige, el que te liga, no tú a él."

Pero en esa cuenta atrás están depositadas todas las esperanzas //y también miedos, para que engañarnos//y caben, todavía, todas y cada una de las mil posibilidades que ofrece un viaje. Y es justo el momento último en que serás como eres antes de cambiar //ligera o drásticamante, esto ya no depende de ti, sino del país//.