Hace unos días decidimos darnos el gustazo de ser crías por una. Y si, lo reconozco: celebramos el cumpleaños de la mayor de nosotras subidas en las sillas voladoras del Tibidabo. No era lo mismo subir al Aremagic, ni a la noria, ni si quiera al barco pirata. Después de muchas risas llego el silencio: y con él el recuerdo: y allí nos vimos: años atrás con coletas y una importante diferencia de altura; tan diferentes.
Así que me he hecho una lista de cosas que solía hacer de pequeña y debería recuperar para hacer un retrato de cómo era y buscar la siete diferencias:
- Mirar ininterrumpidamente varias veces “Los amantes del circulo polar”
- Ir al parque
- Escuchar un casete de sopa de cabra, “La roda”
- Sentarme en la sala infantil de la biblioteca.
- Comer cucuruchos de patatas fritas de la hamburguesería que tenia cerca de mi antigua casa.
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