
Y allí el reloj de arena queda vertical y eres una mosca entre las redes de la tinta. Ya solo valen dramas antiguos y neuras de ayer que dan volteretas y caen de pie. Y entonces ya nada importa.
Pero hay que tener cuidado y consumirlas con moderación de lo contrario podrías convertirte en un chupatintas solitario.
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